Jerez en Bicicleta: "LA SUFRIDA"

domingo, 25 de noviembre de 2007

"LA SUFRIDA"

Así, con mayúsculas. A menudo recuerdo a mi amigo Salvi, un tipo fenómeno. En una ocasión, en una ruta de gran dureza para mi, me comentaba: 'Antonio, hoy quizás no encuentres explicaciones a tanto sufrimiento, pero mañana...mañana tampoco'. Siempre me acuerdo de sus palabras en los momentos duros. Ayer fue un día de esos.
Un recorrido de gran dureza, con muchas subidas de esas que acojonan con sólo verlas. Si había algo que no le hacía falta a esta prueba para dotarla de dureza era la climatología. Pero no quiso faltar a la fiesta. Desde el inicio hasta el final nos acompañó una lluvia fina, lenta, pero persistente. Frío. Viento. Y sobre todo barro. Barro a espuertas. Sobre todo los primeros km., (hasta Benaoján), los cuales tuvimos que hacer a pie en su mayor parte. La pista era una pista de patinaje tanto subiendo como bajando, y era pronto aún para jugarse el tipo. Después de casi ¡2 horas! , en Benaoján pude dar un baño a la bici en el río y una ducha posterior con una manguera. Hubo quien haciendo gala de su escaso compañerismo limpiaba hasta el sillín de la bici, mientras el resto debíamos esperar para quitar barro allí donde estorbaba. Primer avituallamiento para encarar la posterior subida a Montejaque, donde teníamos un 2º avituallamiento y después a la ermita, con desniveles de nuevo escalofriantes. Aquí mi cámara de fotos se escoñó, debido al agua y al barro supongo. Luego una fuerte bajada, peligrosa al principio por el barro, que nos llevaría a unas trialeras, impracticables, como no por el barro, y dónde sufrí una caída sin importancia, aunque todo quedó en el susto. Más adelante nos adentramos en el acuartelamiento del Tercio 'Alejandro Farnesio' 4º de La Legión, donde disfrutamos de otro avituallamiento y otra manguera para el barro. Después continuamos hacia Arriate por pista ancha y picando hacia arriba, y comentábamos si podríamos dar la 2º vuelta (mi cabeza ya decía que no. Mis pies no decían nada, estaban congelados). En Arriate otro avituallamiento y más cuestas, para rematar con la subida al repetidor. El barro hacia rato que no hacia acto de presencia, pero las secuelas se hacían patentes en el cambio trasero, que saltaba de un piñón a otro cuando le venía en gana. Tras la subida al repetidor, otro avituallamiento, el último (el chaval aterido de frío allí estaba, al pie del cañón ofreciéndonos de todo) y ya camino de Ronda entre sube y bajas más o menos llevaderos. Entonces ya sabíamos que no nos daría tiempo a dar la 2ª vuelta, y mis pies sonrieron por vez primera durante el día. Entramos por la parte baja del tajo, por lo que tuvimos que subir por la cuesta de la casa del moro, que también se las trae. Finalmente llegamos a meta, fatigados, mojados, embarrados, ateridos de frío, pero orgullosos y contentos. No me preguntéis porqué. Recogimos nuestro regalo, bocata y para casa, mientras comentabamos la jornada.

Quisiera agradecer a la organización el día que nos ha hecho pasar y el trato dispensado, al compañero que me ayudó a a sacar la bici del barranquillo, y todos los colaboradores de los puntos de avituallamiento. Y dar las gracias, como no, a mi compañero de hoy, y para siempre, Josemaría, por acompañarme y dejarme disfrutar de su compañía. Espero volver pronto a ser la musa que inspire tus fotografías.

Para despedir esta crónica, recordaré un refrán que aprendí de mi amigo y referente ciclista y humano, Fernando :

'Cuesta arriba quiero yo mi mulo, que cuesta abajo yo me las subo'

FOTOS

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